Pensaba
el otro día en la relación que se establece con los alumnos, esa relación que
nace de la nada y se dirige a la nada pero que mientras existe sirve de algo a
ambas partes, o eso creo yo. Esa relación impuesta donde es difícil permanecer cerca manteniendo al tiempo la
lejanía justa. Todo un camino
empedrado de vivencias antes de llegar
al entendimiento, al respeto, que
frecuentemente se halla entretenido entre miradas tras los cristales y otras desatenciones de adolescencia. Esa relación que acaba convirtiéndose en algo
incomprensiblemente cálido en muchos casos tras la incógnita inicial, tras el no saber qué será, pero que al final,
sin saber exactamente qué es, es.
Pensaba
el día de la entrega de notas que el grupo que allí estaba, esperando esa hoja
amarilla llena de incógnitas dispuestas una debajo de la otra aún bajo mi
custodia, tenía mucho mérito. Ellos habían sobrevivido a la masificación, a la
indisciplina, al bajo nivel académico, a sus problemas personales... Allí
estábamos. Ellos esperaban sus notas, ¿y yo?
Yo podría decir tantas cosas sobre ellos... Lo que
yo esperaba no tiene traducción numérica al papel. Los miré durante un lapso más largo de lo
habitual intentando captar en ese instante si había llegado a conectar con
aquel grupo lo suficiente como para que ambas partes quisiéramos seguir recorriendo juntos un trecho más de camino. No me quedó claro. Ya llegará septiembre.
Tú pensabas ANGIE y yo intentaba imaginarte pensando en ellos, frente a ellos, seguro que ellos con la angustia dentro esperando esa hojita de papel amarilla, sabiéndote poderosa y dueña de sus destinos como mínimo... veraniegos y tú...no sé, supongo que debe ser duro ese momento, el de hacer balance instantáneo de los meses pasados, todo lo que tú sabes de ellos, lo poco que ellos saben de ti, lo mucho que les has dado, lo poco que seguramente ahora se dan cuenta han recibido, tu esfuerzo por estar, su lejanía queriendo estar sin saber cómo hacerlo...cuántos sentimientos metidos en montones de instantes, que han sido horas en semanas que ahora parecen lejanas y acaban de pasar. Yo creo mi querida ANGIE que las conexiones se inician y nadie sabe si siguen y de hacerlo hasta cuando y cómo....segurísimo que tú los has dejado bien enchufados a la corriente y segurísimo que ellos aun sin saberlo la han recibido ¿tienes tulipanes en clase? el año que viene si no los tienes llévalos, ojalá pidiera regalarte una planta de verdad, si yo fuera tu alumna, seguro que tras esa hoja amarilla hubieras recibido uno, recuerdo que siempre regalaba plantas a mis profes al terminar el curso, en mi casa siempre fue una tradición... te advierto que alguna vez quise comprarles un cardo:-) otras no... otras pasé montón de tiempo buscando lo más bonito que pudiera encontrar.
ResponderEliminarAcabo de verte también en el otro lado y sé que has tenido que volverte dejando a tu erasmito... por lo que veo ya es un erasmazo, como su madre, una gran y preciosa planta... no tengas dudas, ellos las tendrán, tú no y yo tampoco... han tenido por profe a un tulipán inglés que sobrehila el bajo de sus hojas amarillas y le preocupa si resistirá el hilo durante el verano;)) Muaaaaaaaaaaaakss inmeenso bonita, me gustas ANGIE:))
PD
Siento que te hayas tenido que volver, pero me encanta que lo hayas hecho a la vez por aquí.. puro egoísmo, lo sé.
Sweet dreams, my dear prof ;))
Hola Angie,
ResponderEliminarEstos alumnos/as esa relación de amor-odio que es inevitable que lo haya.Cada final de curso...
Cómo tutora de 2º de Bachillerato Artístico. Cuando se tensa la cuerda al máximo es ,cuando comienzan a preparar la PAU.Y, eso que ya en el segundo trimestre cada vez que tengo tutorias :se lo digo, repito, machaco, hasta hacerme pesada...eso va :por supuesto para los que orillean.Pero es el primer año después de cuatro que me he sentido escuchada y han sacado una media bastante guapa.Para la extraordinari de Selectividad solo se presentaran de mí curso tres en una clase de 42 no es mucho.
Disfruto impartiendo ,así como ;odio llevarme el trabajoa a casa;pero eso es lo que tiene la enseñanza que tienes que seguir corrigiendo te guste o no.
Salvo uno o dos conflictos uno con el chistosillo de turno con expulsión incluida y un padre(superprotector) todo me lo sé.No he tenido muchos sobresaltos .Que me cabreo con ellos en las tutorias eso sí porqué: ya tienen unas edades que tienen mala idéa y te buscan la vuelta(yo soy más adolescente que ellos si se tercia).
Mí querida Angie: que has tenido que intorrumpir tu estancia para volver...Espero que todo te vaya bien!
Esta semana tenemos un cursillo de los que te obliga la Consejería para nuevas metodologías y ahora me estaba tomando un café y haciendo un descansillo de diez minutos: porqué hace tanto calor que se tiene que parar cada X tiempo.
Un besazo enorme que pases unas felices vacaciones!
La enseñanza, siempre lo he pensado así, es para gente idealista y utópica. Y tú lo eres...No tengo la menor duda de la estima, exteriorizada o no, que te profesan tus alumnos...
ResponderEliminarYo también, igual que María, también te quiero
Besos, Angie
Sobra un "también"...
ResponderEliminarDespués de la batalla uno echa de menos al rival y la tensión de la lucha porque uno cuando lucha está vivo. Pero luego con el obligado descanso, llegan las evaluaciones personales sobre el sentido de ese desgaste vital y es lógico preguntarse si al fin al cabo ha merecido la pena arrancarse un trozo de vida tras aquella intensa experiencia.
ResponderEliminarBesos
Desde el momento en que te planteas estas dudas y le das vueltas y te preguntas qué sentirán ellos, qué pensarán, qué habrán ganado y qué les habrás aportado, ya dice mucho y bueno de ti, Angie.
ResponderEliminarSeguro que muchos de ellos se acordarán de ti más allá del verano.
Un beso muy fuerte
Me he sentido identificado contigo cuando he leído tu post. Y es que a mí me pasa tres cuartos de lo mismo. Se trata de un momento mágico para los alumnos y el profesorado, es el broche final de un curso, una nota que encierra todo lo bueno o no tan bueno que ha hecho el alumno, y ese dígito lo pone el que da las notas. Por eso, por esa posibilidad de equivocarse, o por dar con la nota exacta, ese momento es emocionante.
ResponderEliminarUn beso.
María, es una especie de balance donde ya se augura el reposo. Es un momento bueno para algunos y no tan bueno para otros. El balance se da en los dos lados, aunque su centro de interés es principalmente las calificaciones escolares, siempre vamos a estar en planos diferentes.
ResponderEliminarMe voy a plantear lo de llevar plantas a clase, aunque igual no sobreviven al primer día. Comparto clase, no solo estoy yo, así que cuidar la clase también resulta una tarea difícil.
Gracias por tu energía y el entusiasmo que me transmites, lo recibo 100%.
Muchos besos y abrazos.
Bertha, te pasa lo que a mí me pasa porque las situaciones se repiten. Si no fuera porque los malos rollos quedan compensados por los buenos, esto no habría quién lo aguantara. Y ahora, mi querida colega, a disfrutar de las vacaciones, que nada ni nadie merece que dejemos de disfrutarlas.
Yo este verano no hago curso, el siguiente seguro que sí.
Te digo lo que a María, me encanta tu entusiasmo y energía, de alguna manera me lo transmites y me sirve. Siempre me gusta pasar por tu blog para ver "qué ha hecho ahora Bertha"
Besos y abrazos veraniegos. Hace un calor de espanto.
Vaya por delante que yo también te quiero, Luis Antonio. Algunos alumnos me estiman y otros no, ya sabes que su querer tiene muchos condicionantes. Probablemente el mío también. Por eso lo mejor es tener un criterio e intentar aplicarlo lo más objetivamente posible. A veces pienso que para mí dar una calificación a un alumno es como hacer el despiece de una vaca, pongo todo lo evaluable encima de la mesa y lo analizo hasta que alcanzo una conclusión. A veces esa tarea me lleva mucho tiempo y me genera muchas dudas.
ResponderEliminarBesos, profe, a descansar.
Yo sigo un principio a "pies juntillas": en caso de duda, APROBADO.
EliminarPues yo estoy pensando que el curso que viene igual doy aprobado general para evitar dilemas y problemas.
EliminarMuchos besos.
Pues sí, Dr. Krapp, es posible que nos deje un poco tocados esa inactividad después de la lucha. Aunque es una lucha rara porque no la entiendo contra mí, yo solo soy el parapeto que responde ante miles de historias que les afectan. No puedo tomarme su malestar, o bienestar en algunos casos, como algo directamente relacionado conmigo, solo soy un elemento que se situa entre ellos.
ResponderEliminarBienvenidas vacaciones. No sabes cómo las agradezco.
Besos.
Novicia, Muchos se acordarán de mí en septiembre si me vuelven a ver aparecer por su clase. Igual si no es así, incluso me echan de menos, vete a saber. En otros casos he tenido claro que quería seguir, en otros que no, en este no me queda claro. La ventaja de seguir con ellos los dos cursos de bachillerato es que ya vas sobre terreno conocido y eso favorece que se avance mucho más. Sé lo que saben, de lo que son capaces, sus debilidades y por dónde pueden salir. También ellos me conocen y perciben mis debilidades...
ResponderEliminarMuchos besos, Novi, espero que disfrutes mucho de tus vacaciones, sean cuando sean.
Qué te voy a decir, Miguel, si esto de comenzar y terminar algo que siempre es forzado es el pan nuestro de cada día. Emoción y dudas siempre va a haber en esos momentos.
ResponderEliminarBesos y disfruta de playa todo lo que puedas, tú que puedes.
Se nota que eres concienzuda y que haces un buen trabajo, así que ahora toca evadirse, de todo y de todos.
ResponderEliminarUn beso Angie, quítate el reloj.
Ya me quito el reloj, Josela. Se acabaron las prisas hasta nueva orden.
ResponderEliminarBesos y feliz descanso.