martes, 31 de diciembre de 2013

Lo dijo Blas, punto redondo.


(Foto de Internet)
Voy a desearos una feliz salida y entrada de año con un poema:

SERENIDAD 
(Blas de Otero)

Serenidad, seamos siempre buenos
amigos. Caminemos reposada-
mente. La frente siempre sosegada
y siempre sosegada el alma. Menos

mal que bebí de tus venenos,
inquietud, y no me supiste a nada.
El aire se serena, remansada
música suena de acordes serenos.

No moverán la hoja sostenida
con mis dedos, a contra firmamento
en medio del camino de mi vida.

Vísteme de hermosura el pensamiento,
serenidad, perennemente unida
al árbol de mi vida a contra viento.


A mí me parece un poema precioso. Que el 2014 venga cargado de serenidad, y que la serenidad nos lleve a la reflexión y a la paz para todos.

lunes, 23 de diciembre de 2013

Paseos de Navidad

Salí a disfrutar del sol radiante de la mañana dispuesta a hacer algunos kilómetros a paso ligero. Armada  con el móvil, que contara mis pasos,  busqué en el MP3 mis listas de reproducción pero, desgraciadamente, aquello no funcionaba. Los de Samsung deben de programar la obsolescencia de sus dispositivos para que no duren más de tres años. Me ha pasado a mí, entre otros. Solo funcionaba la mitad izquierda, la parte derecha había quedado paralizada en una especie de ictus tecnológico. Ya sabéis, quedaos con el nombre, SAMSUNG. 
Como compensación, la radio había quedado sintonizada en un punto donde, en ese momento, emitían un programa de jazz que encajaba perfectamente con el paisaje. El efecto de la música, solo interrumpida oportunamente para introducir una nueva pieza o comentar la grandeza de su creador, me hizo cambiar de idea y poco a poco aminoré la marcha para centrarme principalmente en lo que se me presentaba ante la vista. 
Era uno de esos días resplandecientes de invierno en que el sol te alcanza como una caricia y mi piel lo recibía ya a un paso sosegado. Pese a lo espectacular de la mañana, apenas se veía un alma por el parque. Me acerqué al lago para ver los patos. Están tan sobrealimentados que me pareció que la población de ánades había aumentado desde la última vez que aparecí por allí. Esquivando la fría sombra, tomé el sendero que bordeaba el lago, incomodando de cuando en cuando a los pacíficos patos, que disfrutaban del sol fuera del agua y que, al sentir mi presencia, quejosos izaban el vuelo para dejarse caer con delicadeza sobre el agua. 
A cada tramo del recorrido se abría un nuevo camino que revelaba nuevas imágenes por explorar.  Y fotografié caminos. 
Hasta los árboles se veían bellos al transparentarse sus esqueléticas y rígidas ramas sobre el fondo azul del cielo.
Los tonos ocres de las hojas que antes los habitaban, daban color y moteaban con variadas formas el terroso suelo, y las zonas más umbrías, pese a lo entrado de la mañana, aún mostraban restos de hielo, lo que corroboraba el frío de la pasada noche invernal.
 
Pasé por unos columpios. Unas barras paralelas me recordaron la época en que me dejaba colgar de una barra para luego levantarme de un impulso y  pasar a la otra. Llegué a un árbol que aún no había perdido las hojas y tomé algunas bolitas de sus ramas con el fin de plantarlas posteriormente.
 
Ya hacia el final del camino, llegué a una gran catarata artificial y me paré a escuchar el rítmico y vivo sonido del agua, que ahora se mezclaba con la música. Muy cerca, una especie de plataforma se adentraba en el lago. Me acerqué hasta el borde para visualizar todo el conjunto. La voz del locutor al despedir el programa me pilló tan desprevenida que casi me caigo al agua.

Es uno de los mejores ratos que he pasado últimamente así que es mi forma de deciros

¡Feliz Navidad!

domingo, 15 de diciembre de 2013

Mis primeras clases....de MAE

Foto de la web al estilo de Luis Antonio.
La Orden 3320-01/2007, de 20 de junio, por la que se regula para la Comunidad de Madrid la implantación y organización de la Educación Secundaria Obligatoria, establece en el Artículo 5.5 que todos los alumnos recibirán en cada uno de los tres primeros cursos enseñanzas de religión o atención educativa. El Artículo 9 de la misma Orden establece las directrices sobre la Atención Educativa para los alumnos que no reciben enseñanza de religión. Dicho con mis propias palabras:

- La enseñanza de religión tiene el mismo tratamiento que el resto de materias y las clases de MAE (Medidas de Atención Educativa) se deben dar de forma simultánea a las enseñanzas de religión.

- Las clases de MAE estarán orientadas a la “comprensión lectora” y al estudio dirigido, en ningún caso se impartirán contenidos de las materias de la etapa; las actividades realizadas no se evaluarán ni constarán en ningún documento de evaluación del alumno.

Expuesto lo anterior, me las prometía yo muy felices cuando a principio de curso me comunicaron que impartiría un desdoble de inglés de 4º de ESO. Una clase de 15 alumnos, aunque sea una vez a la semana, puede ser una experiencia muy gratificante y una oportunidad para cambiar de registro en cuanto a las actividades a realizar en el aula. Pero donde hay patrón no manda marinero y al final me lo cambiaron por una MAE de 3º de ESO. Los desdobles de inglés han pasado a la historia, si acaso uno, que simbólicamente recuerda que hubo un tiempo en que existieron.

¿Qué se puede hacer con alumnos que saben que no se les va a evaluar y a los que no se puede enseñar ningún contenido relacionado con el currículo de la etapa? Difícil pregunta. Desde luego los comienzos no fueron fáciles y eso que, en principio, no me desagradaba el hecho de impartir una materia diferente al inglés pese a la mala prensa y las dificultades que había escuchado de algunos de mis compañeros.

El primer día, confirmando prejuicios, los alumnos entraron en clase como elefantes en una cacharrería: dando voces, arrastrando mesas y sillas al sentarse y soltando las mochilas encima de la mesa sin ninguna intención de mover un dedo en lo que al aspecto académico se refería. Hablaban y se movían por el aula pretendiendo ignorar mi presencia, alguien a quien no conocían de nada y que les iba a dar clase una hora a la semana de una materia que no se sabe bien qué es ni se puede evaluar. Una juerga de clase va a ser esto, me estaban diciendo entre líneas. Los observé durante un rato, convencida de que, de momento, cualquier intento de ganarme su atención actuaría en sentido contrario a lo esperable. Decidí sentarme y esperar, inquieta tras una tranquilidad aparente. 

Durante los siguientes días ambas partes tanteamos el territorio. Yo me mantuve seria, lo que dio lugar a que ellos me reprocharan mi actitud y yo a ellos la suya. Cuando llegaban tarde, puntualmente anotaba sus retrasos. Siempre tenían alguna fantástica excusa que involucraba a algún profesor y, como no era uno ni dos, sino que los retrasos a veces se producían "en masa" , no dudaba yo en hacer las averiguaciones pertinentes que corroboraran o desmintieran aquellas historias que me contaban.   Cayó un parte, y otro, pero poco más. Un día descubrí que a Carlos se desenvuelve muy bien en  inglés, me entiende y me contesta sin titubear cada vez que le pregunto, aunque tiene toda la pinta de ser un fracaso escolar. Enrique, que pertenece al programa de Diversificación Curricular, me lo cuestiona todo y, si me descuido, no deja meter baza al resto de la clase, así que le he movido unos asientos atrás para que tenga conciencia de que en la clase no está él solo. Mucho mejor ahora. A Alberto le molesta infinito que otros hablen, yo me enfade y diga: “se acabó, ya no lo cuento”. Yo le doy las gracias a Víctor cuando me entrega el parte para que pase lista y él me da las gracias cuando yo se lo devuelvo posteriormente.

El grupo es muy diverso en cuanto a conocimientos, habilidades y actitud, por eso es importante variar las actividades y, sobre todo, no perder la paciencia. Con tiras y aflojas hemos leído, hemos comentado vídeos... pero, desde luego, lo que más les gusta es debatir.

Ahora, ya vísperas de Navidad, estamos viendo una película. Se lo tenía prometido. El último día entraron en silencio, mantuvieron el orden mientras pasaba lista y aunque ellos esperaban una película de tiros o de zombis, es lo que les gusta, se tuvieron que conformar con El Mercader de Venecia. 

Oh, my God, qué problemas me está dando este año a mí la dichosa Religión!

miércoles, 6 de noviembre de 2013

Románico Zamorano

El regalo de Mariola sobre el románico zamorano
Si ayer a estas horas me hubieran dicho que hoy a estas horas estaría escribiendo sobre el románico zamorano no me lo habría creído. Hoy hace un día espectacular y como tal pretendía ir al huerto para aprovechar al máximo el sol de la tarde y ver los cambios en todos estos meses en que no he aparecido por allí. Recuerdo aquél día en que el jardinero ocupaba su tiempo en forrar con tela el tronco de unos frutales poco crecidos. Explicaba él que unos gatos los encontraban ideales para afilarse las uñas y los dejaban sangrantes, en un estado deplorable, con heridas tales que perdían toda la savia y temía que no sobrevivieran. El vendaje los protegería hasta que crecieran y adquirieran más fuerza. Mientras hablaba con mi amiga y cambiábamos nuestros planes, hoy frustrados, para la semana próxima, por mi cabeza surgían alternativas a ese tiempo de ocio que ahora quedaba vacío y, tras desechar algunas posibilidades por inviables, ya estaba mi mente abriéndose camino  hacia los dominios del románico zamorano.
Puente de Piedra (románico zamorano)
Mientras mis proyectos giraban en torno al románico zamorano, mi amiga me contaba que su hija Marta me había preparado unas galletas de Halloween con figuras de monstruos pero que la fase del horno había quedado al cuidado del padre y el final había sido un desastre, salvo el pico de arriba se había quemado todo. Él argumenta que todavía no había pasado el tiempo de rigor indicado en la receta. Mi amiga me promete que la próxima vez que nos veamos habrá galletas y también globos porque a Marta le hace mucha ilusión lo de estar con las manos en la masa y con cada galleta estira y estira la masa y le da mil formas antes de darle aprobación.
Catedral de Zamora (románico zamorano)
Hilaba yo las galletas de monstruos de Marta con otra conversación telefónica mantenida ayer con la tía. Aunque el paso de los años nos haga ser más precavidos, es indudable que siempre vamos a tener nuevas experiencias, sean del color que sean. El resultado de su última aventura es un buen chichón. En la residencia, la ropa sucia la echan por un hueco desde la planta alta y, al caer, el saco hace un gran ruido. Dice ella que al llegar abajo el saco hace "bumba". Esto lo debe de haber estado observando durante tiempo hasta que ayer, curiosa por ver exactamente cómo caía el saco desde arriba para hacer tan tremendo ruido, metió la cabeza entera por el hueco y, lamentablemente, al sacarla, que ella lo hace todo siempre deprisa, se dio un golpe en la cabeza.
Castillo de Zamora (románico zamorano)
Como la tía es una mujer de gran entereza, y no se arredra ante un simple chichón, a la vista del buen tiempo que hacía se fue a la playa y, una vez allí, pensó lo que tú y yo pensaríamos en ese momento si tuviéramos un chichón reciente en la cabeza: que un lavado de agua saladita con yodo le vendría muy bien. Y en esas estaba con sus pantaloncitos arremangados dentro del agua cuando un pie se le descolocó,  perdió el equilibrio y ¡adentro! Nena, me mojé hasta el sonotone.
Santa María la Nueva (románico zamorano)
Desde dentro del agua pidió ayuda y un chaval joven la ayudó a salir de allí y la acompañó hasta la residencia. Envuelta en un batiburrillo de emociones, llamó para contármelo. 
Iglesia de Santo Tomé (románico.......??)
We are counting: 1, 2, 3. Counting days: Wednesday, Thursday, Friday. Counting down: 3, 2, 1...
Y no nos podía faltar Viriato. Hele aquí.

Looking forward to meeting románico zamorano.

viernes, 1 de noviembre de 2013

Soñar con ESO


Para encontrar el buen sueño hay que prepararse, que cuidarse, que mimarse. Hay que realizar los rituales que nos van acercando pero no hay que buscarlo, no hay que salir a su encuentro, él nos encontrará a nosotros en algún momento. Antes solía agobiarme si no conciliaba pronto el sueño. Pensar que al día siguiente necesitaría una energía que no había recuperado funcionaba como un resorte que me activaba aún más y me dejaba durante más tiempo en estado de vigilia.

Hablo de situaciones excepcionales, de esos días en que  algo te ronda la cabeza, algo que ha quedado pendiente y no logras solucionar, algo que te crea intranquilidad. Ya digo que, afortunadamente, son pocas las noches que el sueño no me encuentra fácilmente después de un día de trabajo. Siempre he buscado mi espacio en la noche, me he llevado bien con ella, ha sido mi aliada en los tiempos duros de mi época de estudiante, no sé si porque por naturaleza me desenvolvía mejor en esa franja horaria o porque aprendí que había pocas alternativas si quería concentrarme seriamente en algo.

Últimamente no me agobio si un día no duermo. Tengo comprobado que resisto perfectamente al día siguiente y sé también que la siguiente noche dormiré como un lirón y de un tirón. En esos ratos leo, disfruto con ese tiempo regalado, olvido la prisa.

Cuando algo nos da vueltas en la cabeza acaba metido en nuestro sueño. Al despertar, frecuentemente, no recordamos lo que hemos soñado pero hay días que en determinado momento, como un fogonazo y sin saber qué ha estimulado esa visión, empiezas a desgranar el sueño de la noche. Y resulta curioso porque es al tiempo una entidad presente pero sumamente evanescente de forma que tiende a  escaparse si no tomas nota de ello. Me pasa que, a veces, me paro ante esa secuencia de acontecimientos inesperados y, aunque ya conozco su mágica volatilidad, parece que no acabo de creérmela, siempre pienso que yo voy a ganar la partida, que voy a acercar a mí al sueño, que puedo aplazar por un rato  el hecho de atraparlo, pese a la evidencia redundante de que el sueño cada día se viste de un disfraz diferente para despistarme, y confiada lo dejo suelto y libre mientras reanudo alguna actividad trivial que requiere mi atención. Ya es tarde cuando  me doy cuenta de que se ha esfumado.

También existen los sueños de temporada, por decirlo de alguna manera, me refiero a esas experiencias oníricas que se dan en una época determinada del año y no en otras y tienen que ver con la profesión que uno desempeña. Precisamente es este tipo de sueños el que realmente ha motivado este texto. Coincido con compañeros de profesión en que los días anteriores a comenzar el curso percibo una sensación de intranquilidad ante la incertidumbre de lo que vendrá. La adjudicación de horarios, grupos, niveles, tutorías y  alumnos, entre otros,  son variables que inciden directamente en la calidad del trabajo a realizar y genera tensión y malestar, porque todos sabemos, porque todos nos conocemos, aunque no siempre digamos y habitualmente nos aguantemos.

En esa época es muy frecuente que yo sueñe que me pierdo por el instituto, que no encuentro la clase a la que tengo que llegar y que llego tarde. Aunque intento recordar referentes e indicaciones que orienten mi camino, al final no me son útiles en absoluto y ya se sabe lo que pasa en los sueños, que el pasillo que antes te llevaba al hall se ha convertido en una tienda de chuches y cuando subes las escaleras te encuentras con que el aula de 3º C se ha convertido en un patio y ese grupo ahora está en la planta de más arriba pero en el otro ala del edificio  y,  entre unas cosas y otras, te dices que ya no llegas, porque entre idas y venidas cuando quieras llegar, la clase habrá terminado, piensas que tus alumnos a esas alturas ya estarán bien atendidos por el profesor de guardia  y que lo mejor que puedes hacer es empezar a buscar ya el aula de la siguiente clase porque necesitarás tu tiempo para encontrarla.
En tu ignorancia, crees que eres la única que se pierde por el instituto hasta que te enteras de que los demás andan igual de perdidos y sueñan lo que tú, que les cambian las clases según llegan a ellas, que las escaleras se convierten en rampas, que los libros les han desaparecido de repente en el cuarto peldaño  y que, cuando por casualidad dan con la clase correcta, se encuentran a la conserje o al personal de la cafetería impartiendo una magnífica clase de inglés mientras escriben perfectamente en la pizarra con una enorme taza de café como tiza.
También te puedes perder fuera del instituto y no llegar nunca al centro educativo. En esta situación te cambian el aspecto de las calles, les quitan los rótulos, donde había una hilera de casas te ponen un polideportivo y al girar las calles nunca encuentras lo que debería estar, eso sin contar con que hay calles en que ponen como barricadas y ni siquiera puedes asomarte para ver qué se ve al otro lado. Así es imposible llegar a ningún sitio, te puedes pasar toda la noche dando vueltas inútilmente hasta que decides que no hay remedio, que la falta no será de una hora sino del día entero. Que apechuguen los de guardia que hayan conseguido acertar con el recinto y estén dentro.

Mi amiga Carmen, además, tiene el sueño recurrente de que los niños de primer curso de ESO se levantan del sitio y no los controla. Dice no hay forma de que estén todos sentados, en cuanto ha sentado a unos pocos se le levantan otros.  Aparte de que no paran de hablar, todos tienen alguna excusa para dejar su sitio e ir lo más lejos que pueden dentro del aula, ya sea para tirar papeles, sacar punta o buscar typpex, por poner algunos ejemplos, y se puede pasar la noche sentando todos los niños que se le ponen de pie después del calvario que ha padecido hasta encontrar la clase. Oh, my God!

domingo, 21 de julio de 2013

Duna

Duna de Pyla
Dicen que, una vez en lo alto, si miras hacia un lado, abajo se abre el océano, si miras hacia el otro, un bosque queda a tus pies. Entre el bosque y el océano, una gigantesca duna. El resto es cielo. 

¡Y yo tengo que verlo! Lo demás son castillos.

viernes, 12 de julio de 2013

Certamen Iberoamericano de las Artes

El cuadro de Mariola
Mi amiga Mariola acaba de estrenar cuadro. Estaba tan entusiasmada que para que lo viera le hizo una foto y me lo enseñó al día siguiente, cuando volvimos a quedar. Aunque ella no ha sido la modelo que inspiró la pintura, al verlo se encontró plenamente reflejada en aquella impresión. La cara alargada, la melena corta, los labios elocuente y sabiamente pintados, lo llamativo del colorido...unos trazos que recuerdan a Modigliani y a Picasso combinando un estilo muy personal ¿No te parece fantástico? Sí, a mi también me gustaba, y después de varias miradas del móvil a su rostro y de su rostro al móvil estuve de acuerdo en que ese cuadro tenía mucho de ella.

Mientras comíamos en "La Catedral", en la Carrera de San Jerónimo -recomendado- y después de hacer un largo repaso a las incidencias de final de curso que las dos habíamos padecido, pasamos al tema cuadros. Mariola tiene un buen amigo, médico, a quien le gusta pintar. Exponía un cuadro titulado "El Rapto de Europa"  en el Certamen Iberoamericano de las Artes. A ella, ahora de visita por Madrid, le hacía mucha ilusión echar una ojeada al lugar y, a decir verdad, nos quedaba de paso hacia El Prado para ver la exposición "La Belleza Encerrada".


Llegar a la Plaza de las Cortes resultó un tanto desolador. Contemplar aquellos andamios del demonio que mantenían ocultos los leones custodios del Congreso echaba bastante para atrás. Unos cuantos policías merodeaban por el lugar, lo que en este caso resultó una ventaja ya que, mientras Mariola había decidido buscar caminando el número 11 en que se ubicaba la Organización Médica Colegial, yo me acerqué a una pareja de policías que, diligentemente, me indicaron la puerta que tenía delante de mis narices. Tengo que explicar que Mariola es muy de planos y mapas, mientras que para mí el mejor mapa es preguntar. También podría hablar sobre los destinos a los que hemos llegado Mariola y yo por seguir un mapa, aunque si tengo que atenerme a los hechos, lo que a nosotras nos pierde es la conversación, y de ahí a perder la ruta solo hay un paso.


Al llegar a la enorme y pesada puerta de madera del número 11 coincidimos con dos hombres y una mujer que, muy amablemente, nos preguntaron si íbamos al Simposio. Dijimos que no - de lo que al momento me sentí bastante arrepentida- en esa insistencia nuestra por negarlo todo y les aclaramos que éramos de otro gremio y que lo que nos había llevado hasta allí era la exposición de la tercera planta. Muy amablemente nos animaron a verla y juntos nos acercamos hasta los ascensores, donde se bifurcaron nuestros caminos.


Ya en la tercera planta, una inspección rápida nos llevó hacia el salón de actos y otras dos salas de reuniones donde estaban expuestas las pinturas, esculturas, dibujos y fotografías de aquellos médicos artistas. En el salón de actos así como en la mesa de una de las salas había folios y bolígrafos esperando el momento de ser útiles para alguien. Mariola se fijó en que había un boli por taco de folios. Aquellas obras serían testigo silencioso de lo que allí se tratase durante un tiempo. Aprovechando que teníamos lo necesario para escribir, Mariola tomó nota de los títulos de las obras a las que tirábamos fotos. Deambulando de una sala a otra, pero sin alejarnos mucho una de la otra, nos llamábamos cuando encontrábamos algo que captaba especialmente nuestra atención para contrastar pareceres. En una de estas idas y venidas, Mariola encontró el interruptor de la luz, una alegría, dicho sea de paso.


El salón de actos estaba flanqueado por dos cuadros con tonos azules: a la izquierda, una mujer; a la derecha, un barco hundiéndose. Ya que estaba todo tan bien dispuesto nos pusimos en la tesitura de tener que dar una conferencia improvisada en ese entorno tan peculiar.


Encantadas de la vida, ajenas a todo, nos movimos por aquel acogedor espacio durante largo rato. Aquel momento y lugar era nuestro y la contemplación de las obras adquiría rango de total exclusividad mientras, curiosas, comentábamos la temática de los trabajos de aquellos artífices artistas cuyo medio de vida no era el arte, precisamente, aunque podría serlo.

Mariola y yo hicimos nuestra selección particular. Cada obra es de su autor, las fotos, nuestras.

El Rapto de Europa


La Mujer Azul
Veneciana en Carnaval
Bodegón Literario
Alfonso XII
Desde el Laboratorio

Un par de esculturas:

Anorexia ante el Espejo
No estoy sola cuando pienso en ti
Y ninguna fotografía porque no se apreciaría la belleza que nosotras observamos. Nuestras fotos de fotos son realmente malas.

Nuestra enhorabuena a todos los participantes en el Certamen, tienen mucho arte, y por mi parte, decirle a Mariola que es una pirata total, si no a ver cómo se explica que se vea tan reflejada en ese cuadro.

miércoles, 3 de julio de 2013

Pensaba

Pensaba el otro día en la relación que se establece con los alumnos, esa relación que nace de la nada y se dirige a la nada pero que mientras existe sirve de algo a ambas partes, o eso creo yo. Esa relación impuesta donde es difícil  permanecer cerca manteniendo al tiempo la lejanía justa.  Todo un camino empedrado  de vivencias antes de llegar al entendimiento,  al respeto, que frecuentemente se halla entretenido entre miradas tras los cristales  y otras desatenciones de adolescencia.  Esa relación que acaba convirtiéndose en algo incomprensiblemente cálido en muchos casos tras la incógnita inicial,  tras el no saber qué será, pero que al final, sin saber exactamente qué es, es. 

Pensaba el día de la entrega de notas que el grupo que allí estaba, esperando esa hoja amarilla llena de incógnitas dispuestas una debajo de la otra aún bajo mi custodia, tenía mucho mérito. Ellos habían sobrevivido a la masificación, a la indisciplina, al bajo nivel académico, a sus problemas personales... Allí estábamos. Ellos esperaban sus notas, ¿y yo?

Yo podría decir tantas cosas sobre ellos... Lo que yo esperaba no tiene traducción numérica al papel.  Los miré durante un lapso más largo de lo habitual intentando captar en ese instante si había llegado a conectar con aquel grupo lo suficiente como para que ambas partes quisiéramos seguir recorriendo juntos un trecho más de camino. No me quedó claro. Ya llegará septiembre.

miércoles, 3 de abril de 2013

Pinturas

La Joven de la Perla
¡Qué casualidades tiene la vida! Resulta que me he apuntado a un curso de pintura en un museo. La verdad es que habría hecho otro, que es para profesores de inglés, pero ese no sé cuándo es y como tendría que ir allí para informarme y seguro que ya se ha pasado el plazo....  La cuestión es que recibí información de otro curso y, primer día a primera hora, llamé para reservar. Aun así quedé en lista de espera. Pero como a mí los cursos me suelen salir, en eso la fortuna está siempre de mi parte, al final conseguí plaza.  Sé que andaré con carreras y  justita, pero llego. Con eso de que hago guardias de recreo – no sé si me ofreceré voluntaria el curso próximo porque este invierno está siendo largo y frío e incluso llueve ¿doy pena?- me da para salir un día a la 13:30, lo cual me permite este margen de maniobra. 

La cuestión es que no entiendo nada de pintura pero cuando quedaba con mi amiga Mariola –que ahora está lejos- a veces nos íbamos a ver museos. Carmen nunca venía porque está con el francés… y sigue. Ningún lío, que ya le queda poco para tener el título.  La cuestión es que como Mariola y yo íbamos a nuestro aire, nos poníamos delante de un cuadro y elucubrábamos sobre él, pero lo que realmente nos habría gustado es que nos contaran cosas. Total, que me he apuntado sola. Lo que seguro no haré después será sentarme en el Retiro como hacíamos. Ahí continuábamos con nuestras conversaciones y éstas, a menudo, se veían interrumpidas por cosas que sucedían a nuestro alrededor. Como cuando vimos paseando a aquel hombre de edad mediana, guapo, y comentamos lo raro que nos resultaba ver a un hombre solo paseando por el Retiro. Pero en seguida pensamos que de solo nada, seguro que le estaban esperando en casa con  la tortilla de patata recién hecha.

¿Y todo este rollo para qué? Pues para pasar página de blog. ¡Ay la historia del libro!, ¡lo bien que me quedó a mí y lo fallida que resultó para otros!… Está claro que algunos tenemos una estrella…
Total, que me he dicho: pon una foto¿Y qué foto?, me he preguntado  Y yo misma me he vuelto a decir – porque también me hablo cuando no estoy planchando-  ¿pues no vas a hacer un curso de pintura? Pon el primer cuadro que te diga Google.   He ido a Google y en el despliegue me ha dado opciones. Una de las opciones era “cuadros de punto de cruz” y entonces he pensado que seguro que a Bertha, que es una maestra en esto, le gustaría. Y estaba a punto de ver maravillas de punto de cruz, cuando Google me ha sacado unos cuadros en pequeñito y uno de ellos era “la joven de la perla” del pintor holandés Johannes Vermeer. En cuanto lo he visto he sabido que ese era el idóneo porque tenía una relación muy cercana con Mariola.  No sé si me lo regaló ella o lo compré yo pero si el libro “La Joven de la Perla” está en mis manos, es por ella. Y a ella, y a Carmen las echaré de menos cuando haga mi curso. Empiezo la semana próxima.

Si el cuadro no se ve muy nítido es porque está hecho a punto de cruz.

viernes, 22 de febrero de 2013

Angie´s Cup of Tea´s eBook

 ¡Oh, Dios mío! ¡Oh, Dios mío! ¡Oh, Dios Mío! ¡Oh, My God! ¡Tengo que contarlo! Sí, sí, sin más preámbulos. Me ha quedado precioso. Estoy muy orgullosa: ¡tengo un libro!  Ha sido el erasmito el que me lo ha dicho en un correo: "madre, mira, en esta página puedes convertir tu blog en un libro"

¡Viva la tecnología! Tengo un libro estupendo de 272 páginas. Todas mis entradas, cincuenta y pico -no sabía que había escrito tantas-  recopiladas en un precioso libro que se titula Angie´s Cup of Tea.

En el ordenador lo he abierto con Calibre y cuando he probado con el iPad.....¡cuando he probado con el iPad...!.   y después de la conversión ha aparecido la tecla abrir en e-books, como si de la descarga de cualquier libro se tratara.... ¡no me lo podía creer! Todavía en ascuas e incrédula, he mirado norte, sur, este y oeste del iPad al mismo tiempo casi bizqueando de impaciencia mientras esperaba que se hiciera el milagro. Y se hizo: ¡maravilloso! Allí estaba, con todas sus páginas.

No podía dejar de contároslo porque, inevitablemente, cuando he sido consciente de lo que significa el invento, me he acordado del blog perdido de Luis Antonio, de todas aquellas entradas escritas con el alma y perdidas en la infinita blogosfera... Ya no nos pasará, Luis Antonio, porque a partir de ahora podremos tenerlas guardadas en nuestro propio libro.

Ahí tenéis la página, yo estoy como loca. Ya me diréis.

http://www.bloxp.com/

jueves, 14 de febrero de 2013

Giro inmediato. Correos.

Ya he recibido contestación de Correos, qué prestos, qué majos los del grupoCorreos (no es error, ellos lo escriben así), casi ha sido más ágil el Servicio en contestar mi Reclamación que en llegar el giro inmediato que, por cierto, ya puestos ¿por qué no lo llaman automático, si al fin y al cabo va a dar lo mismo? ¡Qué conciso y claro, qué bien expone y se explica el Responsable de Atención al Cliente de Correos. Aplausos, aplausos a esta ímproba empresa de mensajería.

Muy amable él,  me abrevia el Sra. y también el María, así que me surge la duda de si se dirige a mí o a otra señora porque el tratamiento que me da no coincide exactamente con lo que figura en mi DNI. Pelillos a la mar, venga, suponiendo que sea yo, ya auguraba que el caso no iba a dar ningún giro. Dos palabras de disculpa y a otro paquete, Germancete.

Ahora me queda meridianamente claro que lo hacen para mayor seguridad de sus clientes, o sea, si personalizo, por mi seguridad concreta y única. Hay que entender que el nombre del giro no coincidía exactamente, o sea, yo, podría no ser yo, por mucho que yo lo dijera, que es lo que el del otro lado del mostrador me decía, metiendo en el caso a María. Si lo pienso bien sus razones eran de peso, ¿y si en mi mismo domicilio vive otra persona con mi mismo nombre, apellidos y NIF?,  ¿eh? Que no cuela, que el personal de Correos es listo y con abultada experiencia, y no es que lo diga uno, que ya van dos. Hay que reconocerlo, la seguridad del giro es total, doy fe, casi no lo cobro. 

¿Por qué los llaman Servicios de Atención al cliente si solo defienden a la empresa?