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El cuadro de Mariola |
Mi amiga Mariola acaba de estrenar
cuadro. Estaba tan entusiasmada que para que lo viera le hizo una foto y
me lo enseñó al día siguiente, cuando volvimos a quedar. Aunque ella no
ha sido la modelo que inspiró la pintura, al verlo se encontró
plenamente reflejada en aquella impresión. La cara alargada, la melena
corta, los labios elocuente y sabiamente pintados, lo llamativo del
colorido...unos trazos que recuerdan a Modigliani y a Picasso combinando
un estilo muy personal ¿No te parece fantástico? Sí, a mi
también me gustaba, y después de varias miradas del móvil a su rostro y
de su rostro al móvil estuve de acuerdo en que ese cuadro tenía mucho de
ella.
Mientras
comíamos en "La Catedral", en la Carrera de San Jerónimo -recomendado- y
después de hacer un largo repaso a las incidencias de final de curso
que las dos habíamos padecido, pasamos al tema cuadros. Mariola tiene un
buen amigo, médico, a quien le gusta pintar. Exponía un cuadro titulado
"El Rapto de Europa" en el Certamen Iberoamericano de las Artes. A
ella, ahora de visita por Madrid, le hacía mucha ilusión echar una
ojeada al lugar y, a decir verdad, nos quedaba de paso hacia El Prado
para ver la exposición "La Belleza Encerrada".
Llegar
a la Plaza de las Cortes resultó un tanto desolador. Contemplar
aquellos andamios del demonio que mantenían ocultos los leones custodios
del Congreso echaba bastante para atrás. Unos cuantos
policías merodeaban por el lugar, lo que en este caso resultó una
ventaja ya que, mientras Mariola había decidido buscar caminando el
número 11 en que se ubicaba la Organización Médica Colegial, yo me
acerqué a una pareja de policías que, diligentemente, me indicaron la
puerta que tenía delante de mis narices. Tengo que explicar que Mariola
es muy de planos y mapas, mientras que para mí el mejor mapa es preguntar.
También podría hablar sobre los destinos a los que hemos llegado
Mariola y yo por seguir un mapa, aunque si tengo que atenerme a los
hechos, lo que a nosotras nos pierde es la conversación, y de ahí a
perder la ruta solo hay un paso.
Al
llegar a la enorme y pesada puerta de madera del número 11 coincidimos
con dos hombres y una mujer que, muy amablemente, nos preguntaron si
íbamos al Simposio. Dijimos que no - de lo que al momento me sentí
bastante arrepentida- en esa insistencia nuestra por negarlo todo y les
aclaramos que éramos de otro gremio y que lo que nos había llevado hasta
allí era la exposición de la tercera planta. Muy amablemente nos animaron a verla y juntos nos acercamos hasta los
ascensores, donde se bifurcaron nuestros caminos.
Ya en la tercera planta, una inspección rápida nos llevó hacia el salón de actos y
otras dos salas de reuniones donde estaban expuestas las pinturas,
esculturas, dibujos y fotografías de aquellos médicos artistas. En el salón de actos así como en la
mesa de una de las salas había folios y bolígrafos esperando el momento
de ser útiles para alguien. Mariola se fijó en que había un
boli por taco de folios. Aquellas obras serían testigo silencioso de lo que allí se tratase durante un tiempo. Aprovechando que teníamos lo necesario para escribir, Mariola tomó nota de los
títulos de las obras a las que tirábamos fotos. Deambulando de una
sala a otra, pero sin alejarnos mucho una de la otra, nos llamábamos
cuando encontrábamos algo que captaba especialmente nuestra atención para contrastar pareceres. En una de estas idas y venidas, Mariola
encontró el interruptor de la luz, una alegría, dicho sea de paso.
El
salón de actos estaba flanqueado por dos cuadros con tonos azules: a la
izquierda, una mujer; a la derecha, un barco hundiéndose. Ya que estaba
todo tan bien dispuesto nos pusimos en la tesitura de tener que dar una conferencia
improvisada en ese entorno tan peculiar.
Encantadas
de la vida, ajenas a todo, nos movimos por aquel acogedor espacio
durante largo rato. Aquel momento y lugar era nuestro y la contemplación
de las obras adquiría rango de total exclusividad mientras, curiosas, comentábamos la temática de los trabajos de aquellos artífices
artistas cuyo medio de vida no era el arte, precisamente, aunque podría serlo.
Mariola y yo hicimos nuestra selección particular. Cada obra es de su autor, las fotos, nuestras.
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El Rapto de Europa |
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La Mujer Azul |
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Veneciana en Carnaval |
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Bodegón Literario |
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Alfonso XII |
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Desde el Laboratorio |
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Un par de esculturas:
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Anorexia ante el Espejo |
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No estoy sola cuando pienso en ti |
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Y ninguna fotografía porque no se apreciaría la belleza que nosotras observamos. Nuestras fotos de fotos son realmente malas.
Nuestra enhorabuena a todos los participantes en el Certamen, tienen mucho arte, y por mi parte, decirle a Mariola que es una pirata total, si no a ver cómo se explica que se vea tan reflejada en ese cuadro.
Hola Angie:estoy de vaciones por fín! y me estoy dando unas vueltitas por vuestro rincocitos.
ResponderEliminarQue interesante esta exposición y las pinturas son coloristas me gustan es un estilo libre.Las esculturas muy interesante esta de anorexia ante el espejo me encanta!
Sí, que tienes razón que el primer retrato tiene una similitudad con el estilo Modigliani.
Un beso de verano Angie: no me entretengo más que me voy a la playa con las enanas jejeje;)
Bertha, eres una profe saltimbanqui encantadora. Pues ya ves, este rinconcito lo he llenado de unos cuantos cuadros y otras cosas que nos gustaban. Ahora me queda la intriga de cuál ganará. Habra que esperar hasta octubre. Me apreció muy interesante la visita, muy íntima para una ciudad que siempre está llena. El cuadro de mi amiga me encanta y eso que, según dice ella, el colorido al natural no tiene nada que ver con la foto.
ResponderEliminarLLévame contigo y con las enanas a la playa!! ¡No me dejes aquí, que voy a acabar cuidando los tiestos de todos!!
Un abrazo inmenso.
Rectifico: habrá y pareció. Que rectificar es de sabios
ResponderEliminarJajaja pues sí ANGIE, a tu amiga la puedes llamar MARIONA-GLIANI-GUIN jaja porque es cierto que su cara alargada se da un aire con las mujeres de Modigliani, pero en le colorido me recuerda a Gauguin así con un toque naïf, con ese melón en la cabeza y esas estrellitas de adorno al rededor.. si me pongo a imaginar cómo es tu amiga por el cuadro que muestras de ella te diría que es muy vitalista, enérgica y soñadora ( eso sin fijarme en los morritos ni en eso de que es parlanchina :) vaya maravilla disfrutar de una exposición toda para vosotras solas... claroooo, quien va a ir al colegio de médicos a ver cuadros, teniendo el Prado y compañía por lo que dices a dos pasos, pero sí... sin duda tienen su encanto... me pido la mujer azul... parece una versión surrealista de la doncella de Escalata O´hara... incluso de ella misma:-) el cuadro de la chica del laboratoriro de un realismo impresionante casi parece una fotografía, muy bueno... es@ médic@ puede dejar de recetar ... lo suyo es el arte, sin duda ... mi voto se lo das a su autor de mi parte... ya me contarás qué ocurre:))
ResponderEliminarMe alegro muchísimo haberte leído tan feliz con tu amiga la pintora en esta exposición... y si te hartas de Madrid y quieres venirte a la costa ( ahora ya puedo decirte que al fresquito porque hasta hace dos días esto era el infierno sin Satanás:)) vente pal norte ANGIE...el mar y yo te esperamos... por cierto, voy a ver si me ducho que acabo de llegar de la playa con medio arenal en la cabeza... me puse a bucear y en el agua había más arena que salitre xD:-)
Montón de besos preciosa... disfruta de la tranquilidad de las vacaciones sin los agobios de tus chicos... aaaaayyy qué harán sin ti este verano, quizá aprender francés o galego jajaja
Muaaaaaaaaaaaakss!!
María¡¡Qué manía tenéis algunas con contarme lo de la playa mientras yo me remojo en lejía!!
ResponderEliminarSí que fue toda una experiencia y, efectivamente, a nuestras anchas.
No me cabía ninguna duda de que te quedarías con "La Mujer Azul". A nosotras nos gustó muchísimo también, es uno de mis favoritos. Pues créete que después llegamos hasta "El Prado" donde en la taquilla nos esperaban con los tickets en la mano. Con el carné de profes entramos gratis pero de 6 a 8 la entrada también es gratis. Menudo contraste, estaba hasta arriba, no se podía dar un paso y nos quedamos a medias así que cualquier día de la revisitaremos. ¡Qué día más completo, acabamos medio muertas!
Y aquí seguimos. Hacía siglos que no pasaba un julio por aquí pero me están gustando estos días de nada.
Muchos besos, María, date bañitos por mí en el mar, corazón, hasta que yo vaya para allá.
¡Qué creaciones más interesantes! Me gustan.
ResponderEliminarUn beso.
Miguel, solo sacamos algunas fotos, otras estaban situadas de tal manera que no se lucían y la luz era insuficiente, incluso después de haber encontrado el interruptor de la luz. A mí me encantó. Creo que volveré al siguiente Certamen, si me entero (y si encuentro a alguien que venga conmigo).
EliminarBesos.
Estuve por los madriles a 40 grados la semana del 6 y desconociendo la exposición que relatas con tu hermoso estilo descriptivo, me refugié del sofoco como buen turista viendo la de Dalí en el Reina Sofía y la permanente de la Thyssen ahora casi interminable con los cuadros de la Baronesa Carmen de España que no es la de Merimee. Por cierto ¿por qué por muchas reformas que hagan el Reina Sofía sigue pareciendo un hospital abandonado, cosa que ha sido y al parecer va a a seguir siendo siempre?
ResponderEliminarHaces muy bien en refugiarte del calor en los museos, Dr. Krapp. Yo todavía no he visto la exposición de Dalí. Por ser de la Mutua solicité una visita guiada y dijeron que me llamarían en junio pero todavía estoy esperando y ayer una amiga y yo nos presentamos a ver la exposición por nuestra cuenta y sorpresa: no había cola, cierra los martes.
EliminarBesos.
Deja que el Reina Sofía siga pareciendo un hospital, una reminiscencia de lo que en algún momento fue. Al paso que lleva la Sanidad por estas tierras no descarto que conviertan todos los hospitales en museos. Hay que irse haciendo a la idea de que en este país cada uno se muere cuando le toca y punto.
Hola Angie, antes de escribirte, suelo leer algunos comentarios de tus seguidores, por eso de no repetirme. Y veo que te invitan a la playa ¡que suerte tienes!; y a mi que no me invita nadie.
ResponderEliminarBueno, que me ha gustado mucho tu entrada; y aprovecho para decirte, que si necesitas un mozo que te lleve las maletas y la sombrilla, ya sabes donde estoy.
Un beso y ¡¡FELICES VACACIONES!!.
Hola Manuel. Me has hecho reír, je je. Ya me queda menos para irme a la playa, no creas que no tengo ganas. Pero no, nada de mozo de maletas y sombrilla, que te necesitamos para las exposiciones de fotos y postales antiguas de tu maravillosa Sevilla.Yo creo que lo que quieres es que se me olvide aquella vez que entré en tu blog, te dije que qué música más bonita tenías puesta, me dijiste que de qué música hablaba, yo me quedé a cuadros y al final reconociste que efectivamente yo había oído bien.
EliminarRecuerdo que cuando estuve por Sevilla me llevaron a un sitio buenísimo de tapas y después visitamos "La Carbonería". (Y otros sitios...)
Muchos besos.
Desde hace unos días no recibo ningún comentario en el correo. ¿Solo me pasa a mí? Bueno, Si os pasa igual esto ni lo veis así que no me extiendo más.
ResponderEliminarMe encanta tu manera de narrar, Angie. Las cosas más elementales adquieren otra dimensión con tus palabras.
ResponderEliminarDe los cuadros que nos muestras quiero destacar el de Mariola porque, sin concerla y por lo que dices de ella, me cae bien. También me gusta mucho el Bodegón literario. Siento debilidad por todo lo que suene a librería, biblioteca, etc.
El que no puede ganar de ninguna manera es el de Alfonso XII. Quizás sea el único Borbón que no me soliviante, pero su cara me apena. Vicente Parra lo dignificó un poco en la película ¿Dónde vas Alfonso XII?
No te invito a la playa, pero sí a la montaña turolense. Habrá que poner un edredón en la cama porque las noches son fresquitas, pero eso en verano es un lujazo. ¿O no?
Muchos besos,estilo María, feliz calícula y que sigas ilustrándonos con tus actividades culturales.
Bueno, pues parece que estoy en casa porque me da la gana porque podría estar ahora mismo en diferentes playas de la piel de toro y ¡ojo! ¡con Manuel llevándome la sombrilla!...también podría estar en el "turol"...en fin, que si me quejo es porque quiero.
ResponderEliminarLuis Antonio, a mí también me gustó mucho el "Bodegon Literario". En la foto pierde mucho aunque ese cuadro estaba colocado enfrente de una ventana.
Mi amiga Mariola es un tesoro y, desde luego, su cuadro me parece precioso, no me extraña que sea tu preferido. Pero no concursa, es premio seguro.
A este Alfonso XII habría que leerlo porque estaba lleno de letras, que no sé si de texto. Destaca la tez muy clara sobre el colorido del resto. Algunos borbones tienen un punto que podemos dejar en melancólico. Otros... los dejamos en puntos suspensivos.
Gracias, Luis Antonio, un beso muy fuerte.