viernes, 30 de marzo de 2012
miércoles, 21 de marzo de 2012
Tulip Mania: para especular, a tulip is enough.
Mis tulipanes, comprados en el aeropuerto de Ámsterdam entre prisas de vuelo y vuelo, son amarillos y morados. Ya está aquí la primavera.
Para especular, basta un tulipán. Se cuenta que Ogier Ghislain de Busbecq, embajador austríaco en Turquía, trajo a su vuelta en 1554 unos cuantos bulbos a los Jardines Imperiales de Viena. Posteriormente, en 1593, los introdujo en Holanda Carolus Clusius, botánico que trabajaba en esos jardines, quien, al trasladarse a Leiden, Holanda, para ocupar una plaza en la Universidad, se llevó con él bulbos de aquellos jardines que con tanto esmero había cuidado. Prosiguió cultivándolos celosamente, sin darles ninguna publicidad. Sin embargo un día despertó para encontrar que… ¿qué? Se los habían robado. Las consecuencias son claras: el tulipán empieza a conocerse y el suelo holandés, ganado al mar, resulta idóneo para el cultivo de la exótica planta.
La prosperidad comercial y el gusto por las flores son dos factores que en el siglo XVII conducen a lo que se conoce como Tulipomanía, Tulip Mania en inglés, que no es ni más ni menos que una burbuja especulativa que en lugar de elevar el precio de las casas desproporcionadamente, lo que hace es aumentar el precio del tulipán hasta darle el valor de una casa. Parece ser que el ser humano no escarmienta, sólo cambia el producto con el que unos especulan y otros sufren las consecuencias. ¿Nos suena?
Grandes amantes de las flores, los holandeses extienden el cultivo del tulipán por todo el país. La intensidad del colorido de sus pétalos y el hecho de ser una planta diferente de las existentes en Europa hace que se convierta en un artículo singular y apreciado y, en poco tiempo, un símbolo de distinción. Esto coincide con un aumento de comerciantes ricos y el comercio con tulipanes se incrementa durante la Era Dorada Holandesa.
El color uniforme y puro del tulipán dio paso al nacimiento de tonalidades multicolores y a la aparición de espectaculares vetas en los pétalos como consecuencia del Tulip Breaking Virus, una especie de pulgón que, en principio, se intentó erradicar, pero que, a la luz de la vistosidad y singularidad a que daba lugar, contribuyó a que se codiciaran esos tulipanes por su excentricidad y belleza. Además, el hecho de estar infectadas por el virus hacía que su cultivo fuera más lento y en menor cantidad, lo que produjo un aumento de su valor.
La demanda de estos curiosos bulbos se incrementó y en 1623 un solo bulbo podía valer 1000 florines, cuando el salario medio anual era 150 florines. Hacia 1630 parecía que el precio seguía incrementándose y todo el mundo invirtió en el comercio de tulipanes. Cuando en 1636 una epidemia de peste bubónica diezma la población y con ello la mano de obra, el precio de los tulipanes se dispara todavía más. Incluso se crea un mercado a partir de bulbos inexistentes, es decir, aún no recolectados, y los tulipanes entran en la bolsa de valores.
El 5 de febrero de 1637 tiene lugar la última gran venta: un lote de tulipanes por 90.000 florines. Después llegó la bancarrota y el caos como resultado de la insensatez del comportamiento de las multitudes y de los peligros de la especulación.
Charles Mackay escribe en 1841 sobre la Tulipomanía en su libro Extraordinary Popular Delusions and the Madness of Crowds. Pero la información es contradictoria. Anne Goldgar, cuenta en Tulipmania, que según los datos de archivo sí existió una burbuja especulativa con los precios de los tulipanes pero que su dimensión no alcanzó los tintes dramáticos que se han contado.
miércoles, 7 de marzo de 2012
About Proverbs
The Netherlandish Proverbs es un cuadro de Pieter Brueghel el Viejo. Data de 1559 y se conoce también como Topsy Turvy World y The Blue Cloak. En esta pintura muestra el comportamiento absurdo, perverso e insensato del ser humano a través de escenas de la vida cotidiana que hacen alusión a más de cien proverbios, algunos de ellos todavía en vigor. La información que contiene el cuadro es tan profusa y llena de matices, que me limitaré a unas cuantas pinceladas sobre algunos detalles.
The Blue Cloak remite al detalle que se puede observar en el centro de la pintura y constituye el tema central: el color azul, tradicionalmente relacionado con la Virgen María, en este mundo al revés –Topsy Turvy World- simboliza decepción, y la forma de mostrarla es a través de una adúltera que, situada a la espalda de su marido, lo cubre con una capa azul.
El tema central conecta con otros que se sitúan estratégicamente en los cuatro extremos del cuadro. Veamos:
En el extremo superior derecho, podemos ver a un campesino shitting by the gallows, esto es, haciendo sus necesidades al lado de la horca, mostrando así su desdén por la justicia y la autoridad. Sobre la horca, dos urracas simbolizan los chismorreos y habladurías, en suma, el peligro para muchos de acabar en la horca.
Abajo, a la derecha, encontramos la referencia al proverbio in search of the honest man. Un hombre que lleva una linterna señala un hacha situado al lado de las raíces de un árbol. Es una referencia a Diógenes, uno de los filósofos más representativos de la escuela cínica, quien solía transitar por las calles de Atenas en busca de un hombre honrado.
En la esquina inferior izquierda, una mujer está atando al diablo, en alusión a la expresión she would bind the devil himself to a pillow, que tiene relación con el poder: la obstinación puede con todo.
De alguna forma en conexión con lo anterior, para Yoko Mori, profesor de la Universidad de Meiji de Japón, el proverbio intenta satirizar a la mujer dominante, a la que pinta fea y de aspecto malicioso.
En la esquina superior derecha vemos una escoba que sale por la ventana; to marry under the broomstick se dice de aquellos que viven juntos sin casarse. The broom sticks out significa que el marido se divierte mientras la mujer está fuera. El tejado está cubierto de tartas, pero no tantas como para mostrar abundancia, parece que no es esa la idea. No como en el caso de su obra The Land of Cockaigne (La Tierra de la Abundancia), donde el tejado aparece totalmente cubierto de tartas en muestra de opulencia. Curiosamente, todas se concentran cerca de la ventana, y tart es un término polisémico que, tanto en inglés como en holandés puede significar tartaleta, pero también amargo, ácido, e incluso en inglés, prostituta, ¿también en holandés? Lo desconozco, pero la duplicidad de significados puede ser una forma de transmitir información de una forma no explícita.
Y por supuesto, si os acercáis al Museo del Prado, podréis ver la obra recién restaurada de este pintor: El vino de la Fiesta de San Martín. Está en la sala que encuentras tras terminar la visita de la exposición del Hermitage. You can´t miss it.
jueves, 1 de marzo de 2012
Patricia
El día anterior, en cuanto me vio entrar en clase, se había acercado para decirme que ese día no quería ir con el grupo de la auxiliar de conversación. Nunca había puesto ninguna pega al respecto -de hecho les encanta a todos- así que, sin alcanzar a saber por qué, le dije que vale, que se quedara con nosotros, pese a que ya había hecho la actividad la semana anterior.
Teníamos lectura en la biblioteca, pero antes de empezar a leer, para que se engancharan a la historia, quise que se familiarizaran con los personajes y que vieran un breve vídeo en inglés. Patricia estuvo todo el tiempo ayudándome hasta que preparé todo. Todo normal, o anormal, porque visto en la distancia solo participó una vez, el resto del tiempo permaneció callada, algo inusual en ella.
Lo anterior ocupaba unas líneas en la parte superior. El resto de la hoja estaba cubierto con el nombre de todos y cada uno de sus compañeros. En el centro, un corazón llamativamente rojo.
Hoy la he llamado a todos los teléfonos que tengo, cuatro nada menos, pero, o ya no existen o no admiten llamadas entrantes. Mañana lo volveré a intentar y transmitiré el mensaje a sus compañeros.