Aprendí Serafín de oirlo, ya adulta, por eso mi versión no es nada fidedigna. Incluso he aportado mi propio granito de arena en desvirtuar aún más el texto original al introducir elementos de mi propia cosecha cuando aquello no cuadraba.
Curiosa, lo busqué en Internet presuponiendo que no lo encontraría. Me equivoqué, Serafín existe en la red y, efectivamente, las versiones que he encontrado distan de la mía. Pensándolo bien no es raro que exista, no he conocido niño/a que no se haya quedado mirando con los ojos como platos a quien recita Serafín.
El Serafín que conoce Marta, esa pequeña de cara redonda y ojos negros inmensos que acaba de cumplir dos años, es más breve y es solo suyo, ya no hay cambios que valgan. Dice así:
Tuve yo una vez un gato,¡más monín!,
con el rabo así de largo,
se llamaba Serafín.
¿De qué os reís?
si es un nombre muy bonito
y está inventado por mí.
Se enroscaba en un sillón
y parecía un almohadón.
Un día llegó a casa
una amiga de mamá,
tan cortíiiiisima de vista
que no veía ni hasta acá.
Era gorda, gooooorda, goooorrrda, gooooorda,
y en el sillón de mi gato,
allí se dejó caer.
¡Pobrecito Serafín!
ya no le veré más
pues se quedó hecho una torta
por delante...y por detrás.
con el rabo así de largo,
se llamaba Serafín.
¿De qué os reís?
si es un nombre muy bonito
y está inventado por mí.
Se enroscaba en un sillón
y parecía un almohadón.
Un día llegó a casa
una amiga de mamá,
tan cortíiiiisima de vista
que no veía ni hasta acá.
Era gorda, gooooorda, goooorrrda, gooooorda,
y en el sillón de mi gato,
allí se dejó caer.
¡Pobrecito Serafín!
ya no le veré más
pues se quedó hecho una torta
por delante...y por detrás.
Mi intención al hacer esto es dejar constancia del Serafín de Marta. Me gusta. Además, como últimamente la veo poco, ya es hora de que la pequeña Marta rompa la secuencia teléfono- tía Nina (como dice ella)- Serafín.
Le paso el testigo a su madre, no sin antes recordarle la importancia de gesticular y entonar adecuadamente en los lugares correspondientes. Es fundamental que la niña no crea que se le está rezando el Padrenuestro.
Le paso el testigo a su madre, no sin antes recordarle la importancia de gesticular y entonar adecuadamente en los lugares correspondientes. Es fundamental que la niña no crea que se le está rezando el Padrenuestro.
A Martita le gusta el elefante de Barceló, esa es la razón de que tenga un elefante rosa, como yo. También usa el ordenata así que le dejo un regalito más. A ver si le gusta...
Click here, Marta
(No espero comentarios a Serafín, ¿eh?) Vale.
¡Qué suerte tiene Marta de tener una tía tan lista!
ResponderEliminarMi poema preferido de niño era: Unha noite na eira do trigo.
ResponderEliminarCreo que voy a recordarlo en mi nave.
Mi gato se llama Capu (de "capullo")... a ver quien es el guapo que se atreve a hacerle un poema que quede tan bonito como el de "Serafín".... :D
ResponderEliminarUn beso Angie.
Un beso Marta.
Serafín, descansa en paz
Me parece casi un insulto a la condición gatuna pensar que un gato no se va a retirar del asiento cuando llega una visita. A saber que clase de seres se dedican a propalar semejantes infundios entre nuestra infancia.
ResponderEliminarSolo soy una tía adoptada, Vitamorte, Y de lista poco, si no no me pasaría todo lo que me pasa.
ResponderEliminarPirata, tu poema es muy bonito pero muy triste, no me extraña que se te pongan los pelos de punta.
Tómate un chupito de ron, anda.
Creía, Novicia, que ibas a decir Capuleto, pero no, no me has defraudado, te queda mejor Capullo, de todas todas.
Ya, Dr. Krapp, pero es que yo necesito que el gato quede hecho una torta para poder hacer lo de juntar las manos con palmada por un lado y luego por el otro. Eso es lo que debe de dejar a los niños con los ojos como platos, que el gato no se vaya. Los niños de dos años son más listos que los adultos, la prueba es que hacen con nosotros lo que quieren.
No digas, al menos yo he quitado aquello de los dedos como salchichones de la amiga gorda (no sabría como expresarlo con mímica) y otras lindezas. Es una versión censurada, sí, pero más fina, aunque el gato palme.
A ti el Blogger te sigue funcionando mal, verdad Krapp? Pues me has cortado el rollo de Serafín. Ahora cuando se lo cuente a Marta me voy a acordar de lo que me has dicho y ya no sé si me va a salir igual.
Sigue lloviendo por Galicia, ¿no?
Me gustaría ser tu sobrino, Angie.
ResponderEliminarBesos
Me encantó el regalito que le hiciste a Marta, tanto que hace un buen rato que lo estoy disfrutando, espero que no se enoje por tener que compartir un poquito a Ludwig.
ResponderEliminarSabés Angie, no conocía la canción de Serafín pero ese final tampoco me gustó...ya que cambiaste algo, no podrías hacer otra versión??? no sé digo...que el gatito se escape, se suba a la falda de la señora y le haga pis, pis...
Besitos con mímica...
Has llegado el día justo. Quedas adoptado, Luis Antonio, no se hable más.
ResponderEliminarSería incapaz de aprender Serafín de otra manera, Mara. Podría hacer otra versión para Capu de Novicia.
Supongo que sigues sin fumar.
Besos para ti.