Lo voy a echar de menos. Si hay una comida
que disfruto es el desayuno. Me gusta desayunar tranquila, mis tostadas, mi
café… pero lo que voy a echar de menos y
era un lujo añadido es desayunar, y valga la redundancia, viendo los “desayunos”
de Ana Pastor. En la última etapa los disfrutaba incluso más porque sabía que
tenían los días contados. Estaba sentenciada, igual que otros periodistas comprometidos
que dieran una cara de la realidad disonante con la ideología pepera. Una
lástima, una verdadera lástima, aunque me complace pensar que aunque la quieran
borrar del mapa, personas como ella no desaparecerán.
Disfruté muchísimo cuando entrevistó a Mahmud
Ahmadineyad. Ver cómo se le iba cayendo el pañuelo sin que ella hiciera nada
por evitarlo fue muy valiente por su parte. Aunque ella argumentó que la
intensidad de la entrevista no la hiciera percatarse del hecho, para los que
estábamos observando era difícil encajar que ese pañuelo fuera deslizándose
poco a poco, mostrando, hasta destapar completamente, su negra melena. A veces
incluso era complicado seguir el hilo de la entrevista porque, tostada en mano
sin atreverte a darle un mordisco, no sabías si serían capaces de cortar la emisión
o recurrir a cualquier estrategia para llamarle la atención.
Hay personas que valen y personas que no
valen y las que valen son una amenaza para las que no valen. Por eso Ana Pastor
ya no estará en los desayunos, pero el gesto de deshacerse de ella se quedará
con nosotros como un emblema que nos recuerde quién somos y dónde estamos.
Dejo a continuación un poema de Wislawa Szymborska: Contribución a la Estadística, que ella tiene en su blog y me gustó cuando lo leí.
De cada cien personas,
las que todo lo saben mejor:
cincuenta y dos,
las que todo lo saben mejor:
cincuenta y dos,
las inseguras de cada paso:
casi todo el resto,
las prontas a ayudar,
siempre que no dure mucho:
hasta cuarenta y nueve,
siempre que no dure mucho:
hasta cuarenta y nueve,
las buenas siempre,
porque no pueden de otra forma:
cuatro, o quizá cinco,
las dispuestas a admirar sin envidia:
dieciocho,
dieciocho,
las que viven continuamente angustiadas
por algo o por alguien:
setenta y siete,
las capaces de ser felices:
como mucho, veintitantas,
como mucho, veintitantas,
las inofensivas de una en una,
pero salvajes en grupo:
más de la mitad seguro,
las crueles
cuando las circunstancias obligan:
eso mejor no saberlo
ni siquiera aproximadamente,
cuando las circunstancias obligan:
eso mejor no saberlo
ni siquiera aproximadamente,
las sabias a posteriori:
no muchas más
que las sabias a priori,
no muchas más
que las sabias a priori,
las que de la vida no quieren nada más que cosas:
cuarenta,
aunque quisiera equivocarme,
las encorvadas, doloridas
y sin linterna en lo oscuro:
ochenta y tres,
y sin linterna en lo oscuro:
ochenta y tres,
tarde o temprano,
las dignas de compasión:
noventa y nueve,
noventa y nueve,
las mortales:
cien de cien.
Cifra que por ahora no sufre ningún cambio
Hola. Soy yo misma ( o eso creo). Ya he hecho la maleta y salgo para el pueblo adoptivo. Espero poder seguiros desde allí.
ResponderEliminarBesos.
Más besos.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho esta entrada ANGIE ( creí que iba de dietas veraniegas:-)
ResponderEliminarMe gusta la gente que homenajea a los caídos, eso te ennoblece, es muuy fácil homenajear a los triunfadores. En este caso siento no poder decir a penas nada de Ana Pastor, casi no la he escuchado. Aun así, me sumo a lo que sientes y has escrito sobre ella. Si te leyera ( quizá lo haga ¡¡quien sabe!!) sin duda sentiría tu cariño y tu apoyo por ella, esos son los besos que mejor saben.
Me gusta la gente que se arriesga por los demás, por lo que cree, por lo que defiende. Ver gente así, me hace confiar en la especie humana y suponer que quizá un día lo hará alguien por mi si lo necesito ( puro egoísmo como ves ;-)
Me gustaría estar en esta estadística tuya, como una más de las inseguras, de las dispuestas a ayudar dure lo que dure, de las buenas porque no sé ser de otra ( ningún mérito) hacer daño aun sin querer, me hace más sufrir a mi, más que a nadie, de las que admiran sin envidia ( esto sí que sé que lo hago siempre, me alegra infinito el éxito de los demás) y mira hasta creo que soy bastante feliz ( quizá es que necesito poco para serlo)
En fin, siento mucho que te hayan machacado el desayuno y siento a un más que siempre pierdan los buenos ¡¡meeestoy hartando!! ¿sabes?:-)
Gracias cielo, por Ana Pastor y por mi, un beso muuuy grande y feliz viaje a tu pueblo adoptivo en este resto de agosto ANGIE ( ojalá lo veas antes de irte:-9
Me dais una envidia enorme los que podeis desayunar cada día sentados y tranquilos, y puede que hasta de dia... Nunca he visto ese programa porque a esas horas yo ya estoy en marcha, seguramente de camino al trabajo... Pero sí he oído de hablar de él y sobre todo a raíz de esa entrevista que mencionas. Todo el mundo hablaba del valor de Ana y del detalle del velo que terminó cayendo.
ResponderEliminarCiertamente, la gente que vale, por suerte, no acaba en ella y aunque callen su voz, que no lo conseguirán, siempre habrá otros que le hagan el relevo. Menos mal.
Un beso, Angie. Disfruta muchísimo de tus vacaciones. Te espero por aquí.
Eres una privilegiada, Angie, por el simple hecho de tener ese tiempo para tus desayunos.
ResponderEliminarSobre lo que comentas de esta mujer, no me extraña: aquí sucede igual con toda persona pensante que dice verdades políticamente incorrectas a bocajarro. Desaparecen de los medios...
Repitamos como un mantra: "No hay mal que dure cien años", mientras nos tomamos un rico café con tostadas.
Un beso y un abrazo.
A mí me parece que el proceso de "pepeizar" la televisión y la radio pública ya ha empezado. Ya veremos hasta dónde llega. Yo también echaré de menos a esos profesionales. Ya veremos a quiénes nos ponen.
ResponderEliminarUn beso.
Escribíí en mi Facebook:
ResponderEliminarAsistimos con pasividad absoluta a una purga antidemocrática, vengativa y miserable en la televisión pública sin que nadie haga nada por evitarlo. ¿Acaso el veraneo ablanda las conciencias o es que nuestro nivel de resignación alcanza tan altas cotas como la puñetera prima de riesgo?
No merece la pena escribir más, solo desearte unas felices vacaciones.
Hago mías todas tus palabras, Angie.
ResponderEliminarSolo me he quedado con las ganas de saber qué les añades a las tostadas...
Para Ana Pastor, mi admiración.
Y para ti, mis besos
Yo no veía Los Desayunos, pero si la he visto en debates.
ResponderEliminarEs vergonzoso como se cambian periodistas cada vez que cambian los gobiernos, es un dato que dice y mucho para que son empleadas las televisiones públicas...
Un saludo.
Siento rabia cuando barren de un plumazo a los que no están en su sintonía, perece que no soportan oír voces discodantes. Pues aquí están las nuestras!
ResponderEliminarFelices y gozosas vacaciones, Angie.
Sigo en el pueblo. Imposible conectarse desde aquí. Gracias por vuestros comentarios. Me quedaré unos días más.
ResponderEliminarMuchos besos y abrazos.
Hola María, en un porcentaje o en el otro todos estamos en estas estadísticas, pero lo que te digo es que ojalá hubiera mucha más gente como tú y también como Ana Pastor. A mí me da mucha envidia, es entrañable y se ha estrenado recientemente como madre, también tiene en su blog un poema sobre este tema.
ResponderEliminarMuchos besos y abrazos.
Novicia, somos mercancía que se pone y se quita a capricho, ese es el valor de las personas para algunos, el balance de costes y beneficios: los beneficios de unos pocos a costa de cualquier coste sobre los demás. Los buenos son los que menos duran, esos son un peligro, pero estar, están, aunque no quieran.
ResponderEliminarNo creas que doy tanta envidia, Novicia. Mis desayunos con Los Desayunos solo son algunos días. Mi centro abre por las tardes y según los grupos que elijas puedes ir de mañana, de tarde o mañana y tarde en el mismo día. O sea, que hay días que llego a casa hacia las nueve de la noche y otros malcomo entre turnos y empleo horas entre ellos que nadie me paga. Y eso sí, cuando no tengo que madrugar, desayuno sin ninguna prisa y alargo los desayunos hasta que se terminan Los Desayunos. Bueno, ya no, ya se acabó
Besos y abrazos, ya de vuelta y casi en el cole.
Pues los desayunos ya no me sabrán igual, Fer, porque parte del contenido no será el mismo.
“No hay mal que dure cien años”. Lo repetiré como un mantra, pero espero que “estos” no agoten los cien años.
Te mando cariños varios.
Pues ya veremos Miguel, si es que no nos quitan los ojos.
ResponderEliminarBesos.
Na da que añadir, Dr. Krapp, sobran las palabras porque a veces éstas no expresan lo suficiente. Nos espera un otoño caliente.
ResponderEliminarBesos.
"Nada", todo junto.
ResponderEliminarA las tostadas, Luis Antonio les pongo lo típico: miel, aceite con azúcar y cuando se trata de mermelad prefiero la de fresa. Como verás todo goloso, se ve que el azúcar me viene bien como fuente de energía.
ResponderEliminarBesos para ti aunque me da envidia tu admiración hacia Ana Pastor.
Más besos.
Pues sí, Temujin, mo está el que vale sino el que baila. Y además mucha gente se cree todo lo que dicen por la tele, que es lo peor.
ResponderEliminarBesos.
Pues yo pienso seguir haciendo que se me oiga, Josela seguiré saliendo a la calle. No me cansaré.
ResponderEliminarBesazos.
Vengo a devolverte la visita y te dejo un ramillete de cariños
ResponderEliminarCojo el ramillete y me lo quedo para mí sola. Gracias.
ResponderEliminar¿molesto?
ResponderEliminarMe ha encantado el escrito de Szymoborska.
Hace años empezamos a perder mucha gente superválida en los medios por culpa de las prejubilaciones, todavía me acuerdo de lo que me dolió dejar de escuchar a Aberasturi. Pero ahora es otra cosa aún peor, lo más rancio de esta sociedad ha cogido el mando, y ha tomado el hacha para acabar con todo lo que les huele, no ya a disidencia, sino a mera discrepancia y arremeten contra cualquier asomo de ingenio e inteligencia.
Por supuesto que no molestas, pazzos, un placer.
ResponderEliminarSí, a mi la poesía me parece fantástica, me gusta su contribución a la estadística. Y me gusta que Ana Pastor me la haya descubierto.
La palabra "rancio" los define muy bien aunque existen muchos otros calificativos. Y, desde luego, todo lo que pueda hacer sombra como el ingenio, la creatividad y la inteligencia les espanta, tienen miedo.
Un abrazo, y gracias por pasar por aquí