Como había antecedentes de daltonismo en la familia no les extrañó cuando, de pequeño, Daniel no identificaba los colores como los demás niños. Nunca había tenido problemas en la escuela, al menos de mención. Tampoco otros parientes; incluso un hermano de la madre conducía sin ningún problema. Intenté ponerme en esta última situación por un momento: es posible que la imposibilidad de discernir colores se supla con otras estrategias como atender a la intensidad de las señales luminosas y la posición de éstas.
Quise saber algo más, no ya por el trastorno en sí, sino por cómo podría afectar al rendimiento académico de mi alumno. Nos vimos en un recreo. Me dijo que no había comentado nada porque para él no era importante, sencillamente era su forma natural de ver las cosas. Según él no le ocasionaba dificultades con las materias aunque había sido en la clase de Educación Plástica y Visual donde se había detectado el problema y de ahí me había llegado a mí.
Justo andaba yo con este asunto cuando, valga la casualidad, el Dr. Krapp publicó una entrada introducida por una imagen que tenía solo dos tonos: verde y rojo. Nada más verla me puse en la piel de Daniel: ¿distinguiría él algo? Cuando uno percibe el mundo de una manera es muy difícil ponerse en la posición de alguien que percibe de forma diferente. Me resultaba complicado pensar que él no veía rojo el marco de la puerta de la clase, ni el verde de las mesas. Además, cuando él me decía que la mesa que yo veía verde era beis, ¿cómo podía saber yo que lo que él entendía por beis era lo que entendía yo, si nuestra percepción es diferente?
El Daltonismo fue descrito por primera vez por Dalton en 1808. Se trata de un defecto visual hereditario que se transmite por un alelo recesivo ligado al cromosoma X. Si es un varón quien hereda un cromosoma X con tal deficiencia, padecerá el trastorno; en el caso de la mujer, solo se dará el trastorno si sus dos cromosomas X tienen la deficiencia. El grado de afectación es variable y oscila entre la incapacidad para diferencias cualquier color y la dificultad para distinguir algunos matices de rojo y verde.
Vaya de rosa o de azul, el gran problema de Daniel, hoy por hoy, es que estudia poco.