sábado, 28 de enero de 2012

Rose is a rose is a rose is a rose

Ésta es mi rosa. O mejor debería decir que lo era porque ya no es lo que era. Así lucía hace mes y medio, cuando decidí coger la cámara e inmortalizarla, probablemente presintiendo que mis cuidados no servirían. Es posible que riego moderado - el único indicio que tenía para su cuidado- sea un poco complicado de descifrar para mí a la vista de la trayectoria de la desventurada flor.

Poco a poco sus hojas se fueron secando sin que yo pudiera hacer nada por evitarlo. Observaba cada día cómo perdía su esplendor al tiempo que me maravillaba comprobar cómo su inexorable decadencia mantenía el encanto armonioso de lo que fue. Al fin y al cabo una rosa siempre es una rosa.

Pasaron los días hasta que decidí que ya era el momento de arreglar el tiesto y plantar algo diferente, menos delicado, aunque fuera menos hermoso. A punto estaba de agarrar la planta y tirar de cuajo de todo aquello cuando lo vi. Me fijé mejor. Sí, sí, increíble: una ramita verde se asomaba entre aquel maremágnum de colores verdes y rojos desangelados.

Rose is a rose is a rose is a rose, escribió Gertrude Stein (1874-1946) en su poema Sacred Emily. Posteriormente una variación de esa expresión, A rose is a rose is a rose, se convirtió en su cita más famosa, meaning things are what they are o lo que es lo mismo: esto es lo que hay.

Pues esto es lo que hay, mi querida rosa, te pongo a la luz y te medio riego.

domingo, 8 de enero de 2012

Vuelta al verde


Paso página de Navidades con el regalo que nos trajo David Trueba por Reyes. Le doy las gracias. Me encanta este hombre. La capacidad de Esperanza Aguirre de manipular la información y decir mentiras no tiene límites.

Interino

DAVID TRUEBA.

En su particular batalla con los profesores de Madrid, a Esperanza Aguirre solo le falta acusarlos de pederastia o revelar que trafican con polvo de tiza a escala internacional. Total, siempre puede uno disculparse por Twitter. En la última andanada no ha carraspeado antes de asegurar que los interinos eran elegidos a dedo. Todavía estamos a la espera de saber si las declaraciones son fruto de la ignorancia, siempre amiga interesada de tu propia versión, o una maldad que pretende contaminar el esfuerzo de gente que, bien al contrario que la mayoría de los políticos, en lugar de lograr su plaza a dedo se ha sometido a oposiciones para entrar en las bolsas a la espera de destino.

Lo llamativo del asunto, que se prolonga desde meses atrás, es que no parece importarle un carajo a nadie. En la esmerada demolición de cualquier valor que apeste a social o estatal, la escuela, como quizá solo la sanidad, representan la mayor resistencia moral. Sin embargo, al mismo tiempo, también ofrecen la mejor posibilidad de negocio. Al menos mientras la gente siga teniendo la costumbre de enfermar o la estúpida pretensión de que sus hijos tengan un futuro académico enriquecedor y competitivo. La tutela estatal de estos dos segmentos es un estorbo. Lo mejor es hacer una campaña publicitaria exigiendo respeto al profesorado y luego demolerlo.

2012 llega como la odisea definitiva contra el Estado de bienestar. Como si soñar con eso fuera algo feo, nuestras rutinas informativas propinan los electroshocks imprescindibles para que vayamos despejando el cerebro de falsos paraísos. Nunca tan poco Estado nos obligó a pagar tantos impuestos. Más por menos, como bien dice la retorcida campaña publicitaria del metro de Madrid. A dedo, ellos sí, los profesores han sido señalados como una amenaza incómoda, a los que desactivar con las armas más burdas. Acusarlos de enriquecerse con el estampado de camisetas verdes era más un insulto a nuestra inteligencia que a su actitud irreverente. Pero funcionó, por más que sepamos que en España nadie se hace rico fabricando camisetas, salvo quizá la gente de Kukuxumuxu. Los Reyes llegan pues a un país confuso, que sospecha hasta de ellos. Quizá vienen a llevarse más cosas de las que nos traen.

Publicado en El País. 06/01/2012