En Bachillerato Para ellas
No vale traer el frasco de colonia a clase y echárselo a chorros en medio de una explicación de Inglés, los de al lado se huelen algo, quieren saber más y se despistan, y yo también. Tampoco vale ponerse vaselina o cualquier otro ungüento en los labios durante la clase, ni beber sorbitos de agua cada dos minutos.
Para ellos
El lugar para las mochilas es el suelo y no encima de la mesa, de otra forma el cuaderno y los libros no caben. Tampoco se puede pedir permiso para salir 5 minutos antes para ir a recoger al cole a un hermano pequeño y resulte después que no se tienen hermanos, que se es hijo único, vaya. Que al final me entero de todo.
Respecto a cuestiones de carácter pedagógico, cuando hay que realizar una redacción, cada alumno debe hacer la suya, no se puede copiar la del compañero de pupitre. Según nombro habrá que hacer entrega del trabajo inmediatamente, sin demoras para escribir el nombre. El nombre - y valga la redundancia- ya estará puesto en la hoja. Así, cuando me arrepienta de pedírselo a unos pocos y lo pida a toda la clase, evitaremos posteriores conversaciones como la siguiente:
- Profe, que tengo que decirte algo.
- Sí
- Te lo digo para que veas que soy honrado. Que la redacción no es mía, que la he copiado.
En E.S.O.
Otro tipo de cosas ya están prohibidas en el RRI pero creo que tengo que prohibirlas más. Menciono por encima menudencias como comer chicle, respetar el turno de palabra, pintar mesas, tirar papeles al suelo o correr como locos por el aula entre clase y clase.
De mayor envergadura es que las agendas deben contener todas las páginas, queda prohibido arrancar las que tienen notas informativas para los padres, esto último es crucial entenderlo, sobre todo en el nivel inicial al que me estoy refiriendo -1º ESO.
Finalmente, preocupación mayúscula me causa todo tipo de actuaciones relacionadas con la falsificación, ya se trate de Boletines de Notas o de Partes de Amonestación – los alumnos no manejan otros documentos.
Queda perfectamente justificada la insistencia, por parte de Jefatura de Estudios, en que consiguiera, en la reunión inicial con los padres, las firmas correspondientes, y en que cotejara, que lo cotejara todo. ¡Menudos exagerados!, pensaba. Ya, ya. Rara es la entrevista con el padre o madre que no termine en un dramón familiar protagonizado por las lágrimas y con el alumno expulsado del centro durante una breve temporada.
Que voy a prohibir y punto. Punto pelota.