sábado, 28 de enero de 2012

Rose is a rose is a rose is a rose

Ésta es mi rosa. O mejor debería decir que lo era porque ya no es lo que era. Así lucía hace mes y medio, cuando decidí coger la cámara e inmortalizarla, probablemente presintiendo que mis cuidados no servirían. Es posible que riego moderado - el único indicio que tenía para su cuidado- sea un poco complicado de descifrar para mí a la vista de la trayectoria de la desventurada flor.

Poco a poco sus hojas se fueron secando sin que yo pudiera hacer nada por evitarlo. Observaba cada día cómo perdía su esplendor al tiempo que me maravillaba comprobar cómo su inexorable decadencia mantenía el encanto armonioso de lo que fue. Al fin y al cabo una rosa siempre es una rosa.

Pasaron los días hasta que decidí que ya era el momento de arreglar el tiesto y plantar algo diferente, menos delicado, aunque fuera menos hermoso. A punto estaba de agarrar la planta y tirar de cuajo de todo aquello cuando lo vi. Me fijé mejor. Sí, sí, increíble: una ramita verde se asomaba entre aquel maremágnum de colores verdes y rojos desangelados.

Rose is a rose is a rose is a rose, escribió Gertrude Stein (1874-1946) en su poema Sacred Emily. Posteriormente una variación de esa expresión, A rose is a rose is a rose, se convirtió en su cita más famosa, meaning things are what they are o lo que es lo mismo: esto es lo que hay.

Pues esto es lo que hay, mi querida rosa, te pongo a la luz y te medio riego.

10 comentarios:

  1. No es raro, tranquila. La mayoría de esas plantas perfectas que llevamos para nuestra casa en su mayor esplendor, acaban mustias y nos despedimos de ellas con un gran sentimiento de culpa, cuando nosotros no hicimos más que darles los cuidados recomendados.

    Pero ahí está ese minúsculo brote para sacarte una sonrisa...adelante y a mimarlo mucho.

    Un beso, Angie.

    ResponderEliminar
  2. Pues no sé cómo estará ahora, Angie, pero en la foto tiene una pinta estupenda y super sana... Yo soy un desastre para las plantas, y las pocas que tengo, porque las cuida mi adosado, si no, no tendría ni una viva... El otro día me compré una que es igualita que un repollo o una colifor o una lechuga de esas de hojas rizacitas y es color lombarda... La compré por rara y sobre todo porque tiene pinta de cuidarse sola... Este tipo de plantas son las únicas que me puedo permitir :S

    Verás como tu rosita resucita, angie. Estoy segura :D

    Un beso muy fuerte

    ResponderEliminar
  3. Leyendo tu bonita entrada me ha venido a la memoria el poema "A un olmo seco" de Antonio Machado.

    En ese tipo de milagros sí creo porque he sido testigo de más de uno. Y en el peor de los casos siempre se puede renovar el tiesto con otra planta. La vida es así y no hay que sorprenderse tanto...

    El cariño que muestras por esa flor se hace merecedor de un rebrote florido.

    Ahí te mando un fuerte abrazo y oxígeno para tu planta, Angie

    ResponderEliminar
  4. Queriéndolo o sin querer te ha salido una bonita parábola sobre el destino. No hay rosa que resista el paso del tiempo y tenemos que conformarnos con verla ajarse. Conformarse, un sentimiento que cuando llega nos ofrece a veces insospechadas sorpresas. Solo la aceptación de lo que hay nos permite conseguir alcanzar el renacimiento.

    ResponderEliminar
  5. Me tranquiliza lo que me dices, Josela, ahí sigue el brote. Cuando lo compras parece que solo irá a mejor, con el buen aspecto que tiene, pero pronto te das cuenta de que no. Lo mimo, lo mimo.

    Besos.

    Novicia, me sé lo de los repollos, o lo que sean, tengo dos, en dos tiestos tb de colorines. Fuertes como el hierro, ni heladas ni leches. Ahí están firmes, y sobrados de colorido. Ahora, el rosal...el rosal no sale adelante. Ya pondré más repollos.

    Besos.

    Gracias, Luis Antonio, por tus ánimos, si se da un milagro...igual revive, ahí sigue.... ni para adelante ni para atrás, pero igual con el abrazo y el oxígeno...

    Abrazos para ti.

    Lo de la parábola ha sido sin querer, Dr. Krapp, seguro que si me lo propongo no me sale.

    Besos.

    ResponderEliminar
  6. ¡Pero nadie dice nada de la flor de madera con abejita que puse a las rosas! ¿No se ve?

    ResponderEliminar
  7. Deliciosa entrada, Angie, y maravillosa foto.

    Siempre he sentido fascinación por la belleza efímera y las rosas son mis flores preferidas.

    Casi todo lo bello suele ser delicado, así que no me extraña que tu planta te tenga entretenida hasta que le encuentres el lugar ideal y el agua adecuada.

    De todas maneras da gusto entrar en tu casa y verla tan primaveral.

    Y sí, afortunadamente una rosa es una rosa y que así siga siendo.

    Besitos.

    ResponderEliminar
  8. Sí, Adrián, creo que es más bien una mariposa, aunque le falta estilo. Thanks for your visit.

    ¡Cuánto tiempo, Cristal!, tus comentarios siempre son entrañables.

    Me alegra tu vuelta -y no solo por el tema de las lentejas. El rosal creo que se ha perdido del todo, pero a pesar de estar totalmente seco me sigue pareciendo lindo.

    Ahora están asomando unos tulipanes. No sé ni como son porque los compré el verano pasado en el aeropuerto de Amsterdam. Cogí dos bolsas al azar, muy deprisa, porque perdía el siguiente vuelo, pero me traje tulipanes!! Y ahora estoy intrigada... a ver qué sale, cada día asoman un poquito más, todavía hay pocas pistas.

    Un superabrazo y muchos besos.

    ResponderEliminar