martes, 22 de diciembre de 2009

You have to ask for lonchas


No hay nada como romper con la rutina de lo cotidiano y abrir la puerta al asombro ante lo que pueda acontecer. Las cosas suceden y punto. Fue el pasado verano, durante un curso en Inglaterra, cuando tuvo lugar aquella conversación tan rara que tantas risas nos trajo después.

Aquel día habíamos viajado en tren hasta un precioso pueblecito; ya habíamos caminado un buen rato por las calles cuando empezó a llover, lo que nos animó a entrar a tomar algo en un pub. Después de cenar decidimos volver en taxi porque la estación de tren quedaba lejos y la lluvia no había cesado. Éramos 6 así que necesitábamos dos. Cuando llegaron los taxis María se acercó a uno y después al otro. Tardaba. Cuando volvió le pregunté:

- ¿Por qué has tardado tanto?
- He tenido que regatear, dijo, uno cobraba 18 libras y el otro 20.
- ¿Has regateado bajo la lluvia por 2 libras que vamos a pagar entre tres?

- Hay que aprovechar cada oportunidad que se presenta para hablar inglés. Recuerda: inmersión lingüística.


Subimos tres en cada taxi y yo me situé justo detrás del conductor. Era un hombre mayor y en cuanto estuvimos acopladas preguntó si éramos italianas o españolas. -Españolas, dijimos, intentando ser amables. Justo el punto que él necesitaba para empezar a contarnos su vida; en resumen: veraneaba en el sur de España, y su idea era trasladarse allí cuando se jubilara.
Yo iba callada, había muchas curvas y su forma de conducir era tan brusca que me estaba empezando a marear, además soy una mujer muy reservada.
No sé cómo llegamos al jamón y las dificultades que tenía para comprarlo en la tienda, se lo daban demasiado gordo pero sólo a él porque a los demás, él lo veía claramente, se lo cortaban de otra forma. Y entonces escuché aquello:

- You have to ask for lonchas, dijo María, sentada al otro lado.
- Yes, she is right, you have to ask for lonchas, but lonchas finas, dijo Paula, que iba en el centro e inclinaba su cuerpo hacia delante mientras pronunciaba las palabras lentamente.
- Lonnnnchas, dijo él.
- Yes, but this is very important, you have to say “lonchas finas”, you know what I mean? It´s the same as “fine slices”. If you don´t say “finas” it won´t work.
- Lonnnnnchass fiiiinass, repetía él.
-Yes, that´s right. You know? Thick means "gruesas" so you have to ask for "finas" since that´s the opposite. You know what I mean?


Las miré, pensando que tenían un carrete impresionante y para entonces ya habíamos llegado a todas aquellas palabras que le resultaban complicadas de pronunciar y eran cruciales para su supervivencia:

- A la derrrrrrrecha…., a la izquierrrrrda…, decía él

Yo ya iba volada…como en una nube, no daba crédito.

- No, listen the “r” o sea “la erre” is not that strong.
- Corrrrrreos, decía él.
- No, that´s wrong, that´s the strong “r”, you know? It´s just that we pronounce it in two different ways, depending on the word.

Por fin bajamos del taxi:

- Estoy mareada, dijo María
- Yo también, dijo Paula
- No me extraña. You have to ask for lonchas, ya os vale a las dos, lonchas finas, menudo viajecito, les dije.

10 comentarios:

  1. Gran aventura que como toda nos deja enseñanza de lo que son o fueron las cosas.
    Buen escrito y estare visitandote
    Nos vemos Adios
    visita mi blog:)

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  2. Las cosas suceden y punto. Y qué suerte que a veces suceden compartidas, para recordarlas con risas. No hay nada como recordar y reír,con esa risa compulsiva, que estalla sin control en la evocación de algo que en su momento no la generó.
    Me ha pasado muchas veces y es impagable.

    Un beso, Angie.

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  3. Los taxis de Londres y de otras partes del Reino Unido tienen una destartalada distinción siendo además extremadamente acogedores ya que suelen llevar dos asientos encarados que facilitan la tertulia entre sus ocupantes. Si no fuera por su precio horripilante, serían un buen lugar para el retiro espiritual y la meditación tras una pesada jornada de trabajo.
    Ay la torre de Babel y sus terribles equívocos.

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  4. Gracias Aldape G.L. Pásate por aquí cuando quieras. Visitaré tu blog.

    Sí, Mara, nos vienen a la memoria tantas veces los malos momentos que los buenos los dejamos a un lado. Es bueno recordar esos buenos ratos y el regalo de esas risas, sobre todo es muy sano.
    Muchos besos para ti y Felices Pascuas.
    He intentado poner una felicitación de navidad en la cabecera del blog pero no consigo cuadrarla. Luego volveré a intentarlo.

    Sí son caros los taxis, Dr. Krapp; éste era normalito, de cinco plazas, of course le pagamos 20 libras, como al otro.
    Si falla la comunicación cuando hablamos la misma lengua, cómo no va a haber dificultades para comprar jamón cuando se trata de idiomas diferentes?
    Feliz Navidad.

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  5. Siempre cuando viajamos se produce un curioso intercambio lingüístico y cultural que propicia toda clase de anécdotas y acontecimientos especiales.
    Es lo maravilloso que tiene viajar, que nos propicia instantes memorables para el recuerdo.
    Me encanta Londres, por eso he disfrutado doblemente de tu relato.
    Felices fiestas para ti también, Angie.
    Un abrazo.

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  6. Pues yo creo que hasta los malos recuerdos acaban dulcificándose o, lo que es mejor, olvidándose.
    Siempre he dicho que la memoria es frágil, afortunadamente...

    Creo que tendré que hacer un curso intensivo de Inglés para poder visitar esta bitácora.

    ¿Conoces a alguna profesora que enseñe deleitando, gratificante a la vista, que no ponga deberes y desinteresada por el vil metal?

    Me sorprende lo del "regateo" con los taxistas. Pensaba que los británicos estaban por encima de esas nimiedades latinas...

    Muchos besos y lo mejor para ti, Angie

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  7. Viajando se aprende mucho y abre la mente a muchas cosas, Cristal. Un placer tenerte por aquí.
    Besos y Feliz Navidad de nuevo.

    Luis Antonio, tengo una buena lista de profesoras de inglés pero con tantos condicionantes no creo que vaya a ser capaz de encontrar la que buscas, así que apáñate conmigo y confórmate con lo que se te quede. No hace falta que me sigas demasiado, ni siquiera sé si yo voy a ser capaz de seguirme a mí misma.
    Muchos besos y Feliz Navidad.

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  8. No he parado de reírme leyendo la anécdota del taxista. La vena docente sale por doquier, más aún cuando se trata de immersión lingüística ¿no?
    La siguiente anécdota podría ser por el mundo de los 'pubs' and 'ales'...
    Por si no lo has notado, ya tengo imagen. Besotes
    ¡Feliz Navidad!

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  9. La única manera en que sé hacerlo, es dándole el tamaño adecuado a la foto en un editor...y luego colgarla en la cabecera. Tal vez vos probando encuentres otra.
    Un beso

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  10. No me había enterado, es ropit, me dejan sola en un blog y me pierdo. Me alegra que te haya gustado.
    Besos y achuchones.

    Mara, también intenté cambiar el tamaño pero no conseguía ajustarla, gracias de todas formas, siempre hay alternativas.
    Mas besos y achuchones.

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