lunes, 25 de abril de 2011

Arena

Arena


Arena, arena,

arena clara,

al calor de tu túnica sinuosa

de ocres, mieles y plata,

se despiertan los sueños,

se libera el pensamiento,

vuela el alma.


Entre tu piel de caramelo

y el manto azul del cielo

me roza la brisa,

suave y serena,

respiro,

despierto al mar inmenso.


Al sonido del latir del mar

tomo impulso, me levanto, piso.

En la orilla,

olas desenredadas

se me acercan,

dibujan caminos,

cubriendo los guijarros

de cristalinas transparencias,

de burbujas desperezadas,

ligeras, sosegadas.



Juegos de niños,

cuna de traviesas aguas,

abrazo de mar y tierra,

me alejo para volver siempre

a tu vaivén esmeralda.